lunes, 7 de marzo de 2011

Crónica de una maratón no anunciada

Antecedentes
En Barcelona viven los hermanos de mi padre. Desde siempre nos hemos juntado para las navidades: cuando éramos pequeños en Barcelona; desde hace ya bastantes años en Zaragoza. La verdad es que no recuerdo unas navidades sin ellos.
Este año, problemas médicos, que finalmente no han resultado graves, les impidieron a última hora venir a compartir esas fechas. A mis padres les da mucha pereza moverse, así que tampoco fuimos nosotros allí, y a las fiestas les faltó bastante ambientillo.
Este fin de semana Ana estaba de viaje, con sus hermanos, y me pareció la oportunidad justa para escaparme a Barcelona, estar el fin de semana con mis tíos en su casa (uno se puede meter de ocupa, pero más ya es excesivo), y de paso, resulta que había un maratón (qué casualidad).
No había dicho a nadie que estaba inscrito (lo hice 10 minutos antes del cierre de plazo).

Preliminares
El sábado por la mañana me acerco con mi tía, que estaba ociosa, a la feria del corredor; para ella era un ambientillo curioso. Recojo el dorsal, paseamos por los stands,… La verdad es que había oportunidades para gastar, pero me resisto (sólo cayeron unos cordones para zapatillas con un sistema de anclaje curioso, a ver cuándo los pruebo).
Vuelta a casa, me acerco al Mercadona a comprar material para el desayuno (así ya voy a tiro fijo, ya que siempre que estoy fuera compro lo mismo y no despierto a nadie por la mañana), comidita, y tarde de relax total.
Cena, estudio los horarios del metro, preparo la ropa (previsión de sol y 10 grados a la salida), así que decido tirantes, y no muy tarde a dormir.
A la mañana, ritual de siempre: desayuno, baño, vuelta a cama, más baño, vestir, y al metro.
Llego a la plaza España. Aún falta una hora (la salida es a las 8:30). Antes de ir al guardarropa, noto una inquietud, y me acerco a un WC de los portátiles (a esas horas ya estaban tirando a marranetes, así que no quiero ni pensar después). Bien.
Veo que el guardarropa estaba bien organizado y no se esperan colas, así que tranquilamente me quito el chándal, me pongo el cinturón con los geles, dejo bolsa, y a la parte baja del pabellón a hacer un poco de tiempo.
A falta de 25 minutos salgo al fresco de la mañana, a que el GPS pille señal, calentar un poco y echar el último pis.

La carrera. Previos.
A 8:15 voy hacia el cajón, que veo que se está ya metiendo bastante gente, y no es cuestión de salir demasiado atrás. A y 25 tiro la camiseta que llevaba encima: entre la gente no se nota fresco.
A y 28 dan salida a los élite. Luego he leído que se debe a líos que las carreras catalanas tienen con la Federación, en relación con las listas que les piden para el carné del corredor (la Federación pide listas, los organizadores no las quieren dar, y para que la Fede les homologue, sacan antes a los élite como si fuera otra carrera –de esa sí que dan los datos-; o al menos eso he entendido.). Esto hace que los tiempos que se ven en los relojes de paso no sean reales, sino 2 minutos superiores; al final en la clasificación sólo sacan el tiempo del chip.
El pulso está sobre 85, bien. A las 8:30 nos sueltan al resto. Tardo unos 2 minutos en salir. Empieza la fiesta.

La carrera
Salgo con el mogollón. No me agobio mucho buscando paso: queda mucha carrera, y tampoco estoy obsesionado por el tiempo. Si todo va como Sevilla, sobre el 15 puedo estar con la liebre de 3h15’.
Las sensaciones no son buenas. Los kilómetros salen lentos; hay que buscar huecos para avanzar poco a poco si se quiere bajar de 4’37’’, que es el ritmo de las 3h15’, y algo habrá que ir bajando si quiero pillar la liebre. Tengo molestias en un pie y en el cuádriceps (las mismas que salieron en la media de Cambrils). El pulso por debajo de 150.
En el 8 veo a lo lejos los globos de las liebres. Calculo 2 o 3 Km para pillarlos. Eso ocurre pasado el 10. Aguanto en ese grupo un rato. El pulso 148-150. Las molestias siguen; me preocupa sobre todo la rodilla izda, que suele dejar de incordiar como tarde en el 10, y aún sigue dando latica.
Allá por el 12 veo que se corre mejor un poco por delante, y muy poco a poco voy cogiendo metros. Me tienta esperarme, pero como siempre hay grupos cerca, voy tirando; siguen las molestias, sobre todo las de cuádriceps y rodilla.
A partir del 20 empieza una bajada; la rodilla cesa de molestar y parece que los dolores del cuádriceps no van a más; en el 25 parece que se duermen, y los ritmos siguen saliendo. Ya el pulso anda por las 155.
A la altura del 28 sigo bien, aunque noto algún amago de que la cabeza está como ida, como un pequeño mareo; quizá sea el calor, ya que el sol pica en las calles despejadas. Parece que no va a más.
A partir de ahí ya lo de siempre: consigo mantener el ritmo, sin excesos, se va pillando gente, si alcanzo un grupo bueno intento mantenerlo un poco para tomar respiro de cabeza, y entre pitos y flautas llegamos al Arco del Triunfo. Empieza la zona más animada, y el cuerpo da el resto, aunque intento que sea poco a poco, que aunque no tengo nada especialmente tocado, ya va todo justo. Especialmente dura se hace la subida de la Ronda Sant Antoni (creo que 40 y 41), pero ya se huele la meta.
Justo enfilando la recta de meta casi me tira un mozo que iba sin dorsal, haciendo de liebre (la organización, justo en el cartel del 42 lo apartó, y él hizo el quiebro para salir sin mirar atrás).
Antes de cruzar la meta en mi reloj sale 3h10’. El tiempo que me dan es de 3h8’29’’. Pongo el resumen que da la Organización.
 Subo a recoger la bolsa. Estiro a conciencia, me visto, y a casa a seguir la visita familiar. El regreso a Zaragoza lo hago el lunes a primera hora, en tren.

Las conclusiones
 Satisfecho, sin más. Considero que ha sido una buena carrera, con cabeza, conservando, pero ya está.

No me gustó mucho la doble salida. Estupenda la animación en algunas zonas, sobre todo por el Fórum, en el Arco del Triunfo y a partir del 38.

Como curiosidad: por primera vez he acabado sin ningún “pis-stop”: restringí algo el agua en la última hora previa a la salida, y quizá también el calor a partir de la mitad de carrera colaboró.

La alimentación en carrera cumplió, como siempre: los geles de Overstim cada 5 Km, acompañados de un trago de agua, y nada más, ni más agua ni isotónico ni esponjas.

Ahora, 30 horas después, algún dolor muscular, en tibial, isquios y vasto interno, pero bastante leves.

Ha caído otro. Buen entreno para Roma.


Nota: Enhorabuena si has llegado hasta aquí, porque vaya rollo que he soltado en esta ocasión.

5 comentarios:

  1. De rollo nada que lo cuentas muy bien. Tiene que ser una experiencia salir con tantisima gente!

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  2. Como dice Javier, de rollo nada. Yo no tarde 2 minutos en salir, tarde 14, asi ya no pude levantar cabeza. Enhorabuena.

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  3. Muy bien contado todo.
    Enhorabueeena y a por los dos que te quedaaan!!

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  4. Otro que ha llegado al final........... de tu crónica. Y sin problemas oye. Que no se te da nada mal el género este.
    Nos vemos en algún pis-stop por la ofi.

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