domingo, 20 de febrero de 2011

Semana tonta

No puedo llamarma de otra forma: semana postmaratón, en la que tampoco puedo permitirme parar 100% para recuperar, ya que en 5 semanas está el siguiente. Empezando el lunes con descanso y mal cuerpo.
Al final han salido 95 Km, en 5 sesiones, aparte de 2 horas de gimnasio, con sensaciones generales bastante regulares, salvo los 15 Km últimos del rodaje del sábado (de 27 Km), en que el cuerpo parece que se despertó y me encontré realmente bien.

Me he apuntado a la media de Cambrils, el día 27/feb, para mantener el recuerdo de las carreras.
También he completado la inscripción al maratón de Madrid (17/abr), que ha salido gratis, al comprar unas zapatillas Adidas (no las necesitaba de momento, pero seguro que no tardan mucho en entrar al ciclo de entrenos).

Rememorando el recuerdo de Sevilla (en mi cabeza parece que ya haya pasado más de 1 mes), pongo dos fotos que encontré ayer en la web oficial, aparte de los tiempos de paso.



lunes, 14 de febrero de 2011

Disfrutando Sevilla. La carrera.

En una pantalla gigante se ve la emisión de una televisión local, que está dando la salida en directo.
Suena música. Esto ya empieza.
En la pantalla se ve que la carrera ha empezado, pero atrás nada se mueve.
Según el chip, tardo 1'16'' en pasar por la alfombra, pero sigue habiendo muchos atascos. El 1º Km lo paso en 7'30'' (anda, que no habrá que tirar para recuperar ese tiempo).
Después de ahí, veo que mucha gente para a echar una meadica (es zona con árboles a la derecha), y me contagio, de modo que el 2º Km se me va a 5'30''.
Casi ni veo a lo lejos el globo de las 4 horas.
Intento ir recuperando (llevo chuleta para 3h15'). Ayuda a controlar el hecho de que el GPS pilla onda a partir del Km. 4, y me permite ir ganando tiempo, pero con cabeza.
Adelanto a los globos de 4 horas y 3h30', y calculo que sobre el Km 15 estaré con tiempos de paso previstos.
Más o menos en el 16, al lado del hotel, está Ana haciendo fotos. Llevaba un ratico buscando un sitio idóneo para echar otro pis, pero estábamos en plena ciudad. Al lado de donde estaba Ana, entre dos contenedores aprovecho, y mientras echo la meadica hablamos de cómo voy: me encuentro bien.

Sobre la media (1:36:47) vuelvo a estar sobre el plan previsto (sería 1:37:03 para el 21 según la chuleta) de 3h15'.

A partir de ahí poco recuerdo ya claro: todo fue intentar mantener el ritmo, no alegrarme en exceso, pero que ningún kiómetro fuera más lento de 4'25''. Gel cada 5 Km (es el plan Overstim, y los llevaba ordenados en el cinturón), trago de agua, ir pillando gente sin cebarme, y ver caer los kilómetros.

Produce emoción la entrada al estadio, y aunque no hay mucha gente en las gradas, se oye jaleo y música. Me cae la lagrimica de todas las maratones, y emoción de estar ya casi en meta (durante el recorrido la verdad es que no ha habido mucha animación, ya que la carrera no pasa por las zonas más céntricas de la ciudad).

Paso la meta, y se pasa la emoción. Algo de satisfacción, pues he picado por debajo de 3h10', pero no una alegría desbordante. Una sensación como de trabajo satisfactorio, ni más ni menos. Ahora ya pienso en la siguiente: fuera chip, recojo medalla, bolsa de ropa, estirar, localizar a Ana, y camino a comer.

Tarde de siesta, noche de cena ligera, aunque más relajada y elegante que las anteriores, y pronto a dormir, que el vuelo sale a las 6:30.

Ahora, como reza el título del blog:  A POR OTRA (Roma, 20 de marzo).

Disfrutando Sevilla. Precarrera.

Se acabó lo bueno. Aunque afortunadamente lunes y martes tengo vacaciones, se acabó el fin de semana en Sevilla.

El premaratón fue muy bueno. El viernes a las 11:00 ya habíamos dejado el equipaje en el hotel y estábamos dispuestos a pasear por la ciudad. No existía el stress del nuevo turista, ya que no es el primer viaje a la ciudad.
Así que por la mañana paseo por el centro, comida al solete del mediodía y siesta.
A la tarde toca excursión a recoger el dorsal. Al parecer fue buena elección hacer esto el viernes, ya que por lo que he leído, las colas el sábado eran importantes. Cena bajo una enorme cabeza de toro, al lado de la Maestranza, y pronto a dormir.

El sábado salí a correr, al final algo más de la cuenta, pues circunvalé el centro de la ciudad (el hotel estaba en una ronda, al lado de murallas) y me salieron casi 45 minutos. Después desayuno, largo paseo, alguna compra, tapa en terraza, otra terraza, más paseo de vuelta al hotel (demasiado para víspera de carrera). Compramos material para el desayuno y después tarde de relax con siesta y tele. Por internet hacemos una búsqueda de un restaurante italiano cercano al hotel; allí coincidimos con un grupo de corredores catalanes, que con su conversación sobre marcas a hacer y demás no colaboran mucho a que la mente se evada del nerviosismo precarrera.

El domingo toca el ritual de siempre: madrugar, desayuno en el baño (para intentar dejar dormir a la bella durmiente), un rato más de cama, visitas al baño, ropa, y camino del estadio olímpico en bus urbano.
El autobús iba lleno de corredores: callados y circunspectos, concentrados, curiosos, charradores, ...

La organización del estadio olímpico me pareció impresionante. Fui con tiempo pensando en las posibles colas del guardarropa, pero todo estaba superorganizado. Lo único para lo que hubo que hacer cola es para echar el último pis, ya que al estar dentro del estadio, no había zonas de esas habituales (solares, céspedes, setos, ...) para alivios rápidos.

Había cantidad de WC químicos, sillas para cambiarse, calefactores, una zona más caldeada para la espera, con tartán, y sobre todo muchos corredores arriba y abajo. Todo muy bien indicado. Después de todo listo y dejado la bolsa con la ropa para cambiarme, aún me siento en un rincón, observando a la gente ir y venir. Es curioso.

A falta de 15 minutos me activo un poco, empiezo a calentar en el interior, y al poco salgo al anillo del estadio, donde se dará la salida. El estadio tiene como una sombrilla, y el GPS parece que no quiere coger "onda". Biennn.

Más concentrado en eso que en otra cosa, me coloco algo detrás, mirando el jodido reloj, y nada, que no acaba de localizar satélites.

A falta de 3 minutos tiro la camiseta que llevo encima, paso del GPS, y voy apretándome un poco...

martes, 8 de febrero de 2011

El corazón que a Triana va...

... nunca volverá. Sevilla.
Lo cantaba Miguel Bosé hace unos añitos.

Mi corazón, seguido del resto de mí, está a 2 días de volar a Sevilla, y a menos de 5 de enfrentarme a su maratón.

Ya tenía decicidas zapas desde hace un par de días: Las New Balance 1080 (quería domar las Saucony Triumph, pero no ha podido ser). Hoy he elegido el resto del vestuario. Los geles los tengo preparados (sigo fiel al programa de Overstim), y el ritmo lo tengo casi decidido: intentaré salir a ritmo de 3h15', y a ver cómo resulta. No hay globo para esa marca, así que tendré que tirar de chuleta y regularme por mi cuenta.

Las sensaciones generales, como deben ser antes de un maratón: duele todo, inseguridad, cansancio, sueños raros, y todo eso. Lo normal, vamos.

Así que todo listo para el primer reto importante del año.

Éste, con la venia de la presidencia, se lo dedico a ustedes, a todos los que se asoman por este blog.

miércoles, 2 de febrero de 2011

-11

11 días faltan nada más para el primer escalón del reto de primavera: la maratón de Sevilla.
Parece que fue ayer cuando volvía de vacaciones y empezaba los entrenos (el 2 de diciembre).

Desde la última entrada han pasado cositas:

- las molestias de cuádriceps que se iniciaron en la carrera de Motorland han derivado a cuádriceps-psoas; me han hecho volver al fisio de confianza y parar dos días. No volvía al fisio desde finales de septiembre y claro, me encontró con la pelvis torsionada y todas las articulaciones bloqueadas. Hoy ha caído la segunda sesión y dice que las cosas se van desbloqueando (a base de sudores suyos y sufrimientos míos).

- el jueves pasado pillé un resfríado, justo antes de la Carrera del Roscón, para la cual iba a echar una mano con la organización el viernes y luego el sábado llevar el globo de los 45'. El día peor del resfríado fue el sábado. No obstante, fiebre no he tenido. El domingo lo tomé de reposo, y así a partir del lunes ya he podido ir trotando y echando los mocos poco a poco.

- respecto a la Carrera del Roscón, la experiencia de llevar el globo es buena, aunque produce una tensión que no deja disfrutar en sí de la carrera: todo el rato controlando el ritmo y pendiente de que el globo no se enganche. Al final entré en 44'58''. Creo que el cometido se cumplió aceptablemente.

Hoy mismo me han llegado unas Saucony Triumph que compré en Wiggle, con la idea de correr con ellas el maratón. De estreno les he metido 20 Km y las sensaciones han sido buenas.

Mañana jornada de descanso, y quiero rematar la semana con una tiradita sobre los 25 Km.