miércoles, 27 de abril de 2011

10

Diez días ha durado el parón tras el maratón de Madrid.

Mañana (jueves 28), undécimo día tengo previsto volver a correr de nuevo. Considero finalizada una temporada y que esto es el inicio de la siguiente.

El regreso será gradual: he quitado objetivos inmediatos, no tengo ansias de mejorar marcas. Sólo ir corriendo, intentar encontrar de nuevo, aunque sea de vez en cuando, esa sensación de ligereza, libertad, esa sensación de poder seguir corriendo kilómetros y kilómetros.

Llevo intención de alternar con bici, gimnasio, alguna sesión de spinning, elíptica, ... Pensando en que las rodillas, que parece que ha sido lo más tocado en el ciclo anterior vayan aguantando.

Seguiremos informando...

lunes, 18 de abril de 2011

Remate en Madrid

Crónica del Maratón de Madrid (Aviso, tocho)
Previos, sábado

La semana anterior habíamos decidido acercarnos en coche: el precio del AVE si no se pillan ofertas hace subir el gasto del fin de semana de forma considerable.

Salimos sin madrugar, y antes de Plaza pillamos un pedazo de atasco que llega hasta La Muela. Empieza bien la cosa.

Llegando a Madrid, el GPS, camino de la Casa de Campo (íbamos a pasar primero a recoger el dorsal) se empeñó en llevarnos haciendo turismo por el centro, con lo que hubo que desobedecerlo un poco, para evitar las zonas peatonales más que nada. Total que eran más de las 15:00 cuando llegamos a la Feria.

Lo primero que vemos al llegar es una cola kilométrica de gente plantada al sol esperando el turno para la comida, así que de esperar al plato de macarrones nada de nada.
Recogemos dorsal, vuelta rápida a los puestos, y camino al hotel.
En este trayecto el GPS se portó bien y nos llevó bastante rápido al hotelito, cerca de Atocha, con parking, lo que permitió que antes de las 16:00 estuviésemos comiendo en los alrededores del Reina Sofía. Luego paseíto por El Retiro, y a descansar hasta la cena.
Cena en italiano (se veían bastantes corredores), retirada temprana, preparativos de ropa y complementos, y dulces sueños (la verdad es que dormí muy bien).

Previos, pero ya el domingo

Despertador, desayuno a la luz del móvil, baño, vestir, beso de despedida y al toro.
Del hotel hay 10 minutos escasos a la salida. Llego con una hora de tiempo, y no hay apreturas para dejar la bolsa en el guardarropa (luego parece que se montaron bastantes colas). La verdad es que no estoy especialmente nervioso, pero tampoco me encuentro con ganicas de sufrir.
Llamo a Luis de Os Andarines, para el que es su primera maratón (en su haber sólo tiene una media –Sabiñánigo 2011 1h24’-, la cosa promete).
Nos juntamos y vamos a la salida. Diosss, faltan 20 minutos, no parece que haya cajones, y hay unas peleas impresionantes por pillar posiciones.
A pesar de que no me gusta hacerlo, nos metemos en un lateral entre las vallas, echándole morro, empujando un poco, que no nos apetece tardar 5 minutos en salir (luego cuesta mucho recuperar). Conseguimos colocarnos medio bien.

Empezamos

Salimos puntuales. En 33 segundos pisamos la alfombra (la operación cuele guarro dio resultado) y ya corriendo. Aún así, mucha gente lenta delante, y tenemos que ir zigzagueando. Algunos protestan. “joder, sal en tu sitio y no te pasarán por encima” ¿nos estamos embruteciendo? Es que la adrenalina está ahí, esperando ser quemada, hay que intentar domarla.

A Luis le había recomendado ir a pillar pronto el globo de las 3 horas. Pienso que tiene calidad para esa marca, y mejor ir con el grupo desde el principio.
Creo que va con bastante miedo, y de momento aguanta conmigo. Por tirar con él aprieto un poco, pero no me encuentro cómodo y faltan aún muchas carreras que sufrir antes de cruzar la meta. Veo el pulso rayando los 150, y dejo de apretar. Poco a poco se va yendo ¡suerte, espero no verlo hasta la meta!

Empieza mi carrera. Las rodillas molestan, pero eso ya sabía que iba a pasar, al menos hasta la media.

Sobre el 7 pillo el globo de las 3h15’, y me apalanco ahí. Se va muy cómodo. Las pulsaciones me bajan a 140-144 (ya lo sé, demasiado poco, pero es que la cabeza aún no quería sufrir).

En el 12 me adelanto un poco, para echar la meadica. Me vuelven a pasar, pero en poco estoy otra vez con ellos.

Ana había dicho que intentaría estar en la puerta del Sol (Km. 18) a echar fotos. Como iba tan cómodo, en el 16 la llamo al móvil. Le digo que en 9 minutos estamos ahí. Ella está aún en Atocha esperando el metro. No llega por los pelos.

En eso, al pasar por Callao y encarrilar la calle Preciados me adelanto un poco para salir en la foto, pensando que podía estar allí, y sin saberlo (o quizá sí) empieza mi carrera, la de siempre. Miro atrás, veo el globo lejos, y pienso que ya me cogerá, pero voy subiendo ritmo a esos 4’28’’-4’30’’ que me han salido en las últimas maratones, y aunque no lo quiera reconocer, sé que si me pilla es que la cosa está yendo mal muy mal.

La carrera es dura. Siempre bajada o subida. Voy alcanzando gente, poco a poco, sin objetivos, a mi ritmo. Me preocupo poco por el ritmo, controlo el pulso, que no pase todavía mucho de las 160. Al sol el calor se hace notar, pero en la sombra la temperatura es agradable.

Recién pasado el 30 alcanzo a 2 mozos de Barbastro, con los que compartí kilómetros en su media hace 2 años. Los saludo y les pregunto por el sr. Ornitorrinco. Uno de ellos, mi tocayo, estaba sintiendo el muro; luego vi que le pasó factura de unos 15’.

Al salir de la Casa de Campo empieza lo duro. Ahí ya tengo la mente algo borrosa; no iba mal pero sí justico, y no recuerdo nada especial para asociar con los kilómetros.

Llegados un punto, creo que pasado el 35 me enganché de un mozo de rojo (Landes, del foro de elatleta y del blog romavincit) que ya había visto antes, y llevaba ahora un ritmo que es inusual encontrar a estas alturas de la carrera. Era un ritmo muy laminero como para dejarlo escapar sin más. Gracias a tenerlo como objetivo, fui pasando los kilómetros, sufriendo, a veces a su par, otras pegado a su cogote, y en ocasiones haciendo un poco la goma, en esos tramos que por lo visto son los famosos de Madrid: pican hacia arriba sin descanso hasta el Retiro.
El gel del 40 quizá me dio un poquito de chispa. A la entrada del Retiro me vi con fuerzas (las últimas), y alargué zancada en el último kilómetro. Se acabó.
3h08’55’’. 33’’ menos de tiempo neto.

Cruzada la línea

Nada más cruzar la línea, a cuatro pasos veo a Luis estirando gemelos. Ha hecho un carrerón. Ha llegado a alcanzar el globo de las 3 horas, pero luego una parada a mear, y algún ligero bajón le ha hecho llegar en 3h02’. Estupendo para una primera maratón, y más siendo Madrid.

Recojo bolsa con ropa, localizo a Ana, y vamos a buscar un trocito de césped al solete para estirar y cambiarme un poco.

Relax y satisfacción. No he nombrado más las rodillas, porque no incordiaron especialmente. Estuvieron ahí presentes en toda la carrera, pero fue una molestia más. También el psoas o el cuádriceps izquierdo dieron algo de guerra cuando subí el ritmo algún kilómetro, pero los pude mantener a raya.

Se acabó lo que se daba. Objetivo cumplido, y ahora merecido descanso y a tratarme la rodilla izquierda, a ver si mejora para el resto de la temporada.

Nos despedimos de Luis, su hermana y familia, y salimos del Retiro. Aún nos da tiempo de ver el globo de las 4h30’, pasado el 40, y aplaudir a la gente que está ya saboreando su triunfo, dulce para unos, algo amargo para otros, según los objetivos entrenados y/o anhelados.

Sacamos el coche del parking del hotel, rodeamos para intentar no pillar los cortes de circulación, y antes de las 14:00 ya estamos encarrilados fuera de la cuidad. Comida pasado Guadalajara, cambio de conductor, asiento hacia atrás, me descalzo y descabezo un merecido sueño.

El detalle de la carrera


Y para terminar, una fotico en el Km 42 de mi fotógrafa particular...

jueves, 14 de abril de 2011

Entrada a boxes

Con mucho dolor de corazón, tengo casi totalmente decidido entrar en boxes un tiempo después del maratón del domingo.
Llevo arrastrándome por los caminos, con las rodillas avisando desde el maratón de Roma: conteniendo mucho los ritmos, sin enlazar dos tiradas largas en días seguidos, y sin acabar de disfrutar, que al final es de lo que se trata.
En principio, salga como salga de Madrid, pararé totalmente la semana siguiente (Semana Santa), a ver si sale buen tiempo y podemos escaparnos al Delta aunque sea un par de días. La siguiente, pues según sensaciones, cogeré la bici si el "señor rotuliano" no se queja, y luego ya veremos.
Desisto casi con total seguridad de las carreras de mayo, y ya veremos cómo está la cosa para los objetivos de junio (sobre todo la Ultra del Sobrarbe).
Total, que un paréntesis en la temporada (no está mal después cuatro meses y medio de marcha), que espero que ayude a recuperar el cuerpo y a animar el espíritu.

lunes, 11 de abril de 2011

La travesía del desierto

Así se me están antojando estas 4 semanas que separan la pasada maratón de Roma con la próxima de Madrid, como una travesía por un duro desierto.
Avisos de tendones en las rodillas cuya existencia desconocía hasta ahora, pájaras en entrenos provocadas por los primeros calores, y creo que además ha empezado a pesar el agobio mental.
Intento tomarme Madrid como final de un objetivo, pensar que luego descansaré una semanita, pero... el calendario de montaña está ahí, y todo me apetece.

De momento, he alcanzado medio sano la última semana, en la que ya los kilómetros serán pocos, intentando llegar fresco a la carrera. Ahora deseando que el domingo 17 salga fresquito, que la cabeza siga funcionando durante toda la carrera, y que las piernas me permitan acabar de nuevo con dignidad y sin lesiones.

El cuerpo dirá el ritmo a seguir, intentando, como en las anteriores maratones, no superar las 150 pulsaciones antes de la primera media, ni las 160 antes del 35.

Respecto a carreras, el fin de semana pasado corrí la del Ebro. A pesar de las sensaciones de toda la semana durante los entrenos, en carrera fui bien, notando sólo mi típica molestia de cuádriceps izqdo cuando el ritmo se acelera por encima de los 4'10''/Km. Esta semana me apunté a los 10K que se celebraban en Zaragoza, pero al final no fui a la salida (una boda la tarde anterior hizo que mi estado a las 9 de la mañana, aunque no pésimo, no me aconsejara saltar de la cama y vestirme de corto).

Y ahí estamos. A duras penas, pero en la brecha.

Finalmente, quiero aprovechar para dar la enhorabuena desde aquí a:
- Almasy (www.almasyrunner.es), por el éxito en su paseo por los alrededores de París (Eco-Trail de París). Alfonso, seguro que la mudanza se te ha hecho más dura.
- Topete, impresionante. 38º en el Maratón des Sables

Y desear suerte a otros en sus inmediatos objetivos:
- Javier (http://apostayadrede.blogspot.com), en la Jorgeada

Salud, y kilómetros para todos, sean de asfalto o de monte.

sábado, 2 de abril de 2011

Las musas

Puede parecer una chorrada, pero hay días, o semanas, en que no apetece ponerse a escribir nada, que la cabeza está en otras cosas.

Eso ha pasado las dos últimas semanas: a la vuelta de Roma volvió a darse un bajón post-maratón, notando molestias en las rodillas que he tenido que cuidar, pasando incluso por la cabeza que la cosa pudiese desembocar en algo más jodido que me hiciera parar. Se ha juntado también la llegada de unos marrones de trabajo, de los que obligan a estar con ellos en la cabeza todo el día.

Se me pasó por el bolo no correr el maratón de Madrid, y sustituirlo por la Jorgeada, pero bueno, al final creo que es mejor intentar seguir los planes previstos.

Ahora parece que las rodillas no van a peor, aunque las sigo llevando justas. Mañana las probaré en la carrera del Ebro. Llevo intención de salir regulando mucho, apretando, si llego bien, en la parte de llano final. Tampoco mucho, ya que en 2 semanas está Madrid (con todos los jaleos aún no he pillado tren ni hotel, a ver si me va a pillar el toro).

Hala, cuidaos, y que caigan muchos kilómetros.