Muy buen sabor de boca después de un fin de semana intenso.
Empezaba la cosa el viernes por la tarde, subiendo a Aínsa. A la llegada, sobre las 20:00, el coche marcaba 29ºC. Eso no presagiaba nada bueno para meterse kilometradas.
Cena en el mismo hotel y pronto a dormir.
El sábado a las 7:30 ya de manga corta. Ni una nube. A las 8:00 salimos tres autobuses hacia Abizanda. En el cuerpo nervios y un poco de miedo por el calor que se espera.
Salgo junto con Pablo (amarok), a un ritmo que luego he pensado que igual fue demasiado rápido para mí. En el Km 25 más o menos empiezo a tener problemas con la respiración y el estómago, y ahí se acabó el correr y empezó el calvario. Más de 15 Km andando: aunque de piernas iba bien, no podía coger la respiración cuando echaba a correr, con sensación de ahogo a nivel de diafragma. Pablo sigue su ritmo, que al final le haría llegar en 5 horas y 8ª posición. Yo sufro de lo lindo para llegar una hora después.
Aunque no sirve de consuelo, el calor hizo estragos en muchos participantes; bastantes abandonos, gente tirada en los caminos intentando recuperarse o esperando a que los pasaran a recoger, gente con deshidrataciones severas, ...
Durante la tarde intentando recuperarme, con la sensación de que tanto entreno no había servido de nada.
A la hora de la cena ya algo mejor. Pasamos un par de horas con la cena en el polideportivo. A las 22:00 con más de 30ºC para el hotel, a ver qué depara mañana el día.
¡Viva la música!
Hace 1 día
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