Se acabó lo bueno. Aunque afortunadamente lunes y martes tengo vacaciones, se acabó el fin de semana en Sevilla.
El premaratón fue muy bueno. El viernes a las 11:00 ya habíamos dejado el equipaje en el hotel y estábamos dispuestos a pasear por la ciudad. No existía el stress del nuevo turista, ya que no es el primer viaje a la ciudad.
Así que por la mañana paseo por el centro, comida al solete del mediodía y siesta.
A la tarde toca excursión a recoger el dorsal. Al parecer fue buena elección hacer esto el viernes, ya que por lo que he leído, las colas el sábado eran importantes. Cena bajo una enorme cabeza de toro, al lado de la Maestranza, y pronto a dormir.
El sábado salí a correr, al final algo más de la cuenta, pues circunvalé el centro de la ciudad (el hotel estaba en una ronda, al lado de murallas) y me salieron casi 45 minutos. Después desayuno, largo paseo, alguna compra, tapa en terraza, otra terraza, más paseo de vuelta al hotel (demasiado para víspera de carrera). Compramos material para el desayuno y después tarde de relax con siesta y tele. Por internet hacemos una búsqueda de un restaurante italiano cercano al hotel; allí coincidimos con un grupo de corredores catalanes, que con su conversación sobre marcas a hacer y demás no colaboran mucho a que la mente se evada del nerviosismo precarrera.
El domingo toca el ritual de siempre: madrugar, desayuno en el baño (para intentar dejar dormir a la bella durmiente), un rato más de cama, visitas al baño, ropa, y camino del estadio olímpico en bus urbano.
El autobús iba lleno de corredores: callados y circunspectos, concentrados, curiosos, charradores, ...
La organización del estadio olímpico me pareció impresionante. Fui con tiempo pensando en las posibles colas del guardarropa, pero todo estaba superorganizado. Lo único para lo que hubo que hacer cola es para echar el último pis, ya que al estar dentro del estadio, no había zonas de esas habituales (solares, céspedes, setos, ...) para alivios rápidos.
Había cantidad de WC químicos, sillas para cambiarse, calefactores, una zona más caldeada para la espera, con tartán, y sobre todo muchos corredores arriba y abajo. Todo muy bien indicado. Después de todo listo y dejado la bolsa con la ropa para cambiarme, aún me siento en un rincón, observando a la gente ir y venir. Es curioso.
A falta de 15 minutos me activo un poco, empiezo a calentar en el interior, y al poco salgo al anillo del estadio, donde se dará la salida. El estadio tiene como una sombrilla, y el GPS parece que no quiere coger "onda". Biennn.
Más concentrado en eso que en otra cosa, me coloco algo detrás, mirando el jodido reloj, y nada, que no acaba de localizar satélites.
A falta de 3 minutos tiro la camiseta que llevo encima, paso del GPS, y voy apretándome un poco...
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Hace 7 horas
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