Echando el cierre

No es que me encuentre especialmente cansado, ni esté disminuyendo el rendimiento.

Parece que el final de los calores me ha quitado algo del cansancio, sobre todo mental, que arrastraba desde hace algún tiempo.

Pero el cuerpo necesita tiempo de descanso y recuperación, y éste es el momento: voy a parar hasta el 2 de diciembre.

En ese periodo vacaciones también laborales, y un viajecito a buscar la primavera austral.

El cierre de la temporada no ha estado nada mal, con el maratón de Zaragoza, en una carrera que me ha salido casi redonda. Creo que he clavado las dos medias, para un tiempo final de 3h3’16’’; marca que en verdad no esperaba ni remotamente.

El maratón. La crónica

De salida me he dejado llevar por unos ritmos algo superiores a los que pensaba hacer, y hasta la media he ido controlando por pulso (sin pasar de las 150 ppm), aunque no se ha traducido en ritmos muy uniformes, debido sobre todo al viento y su influencia en los distintos cambios de sentido.

En el 24 he tenido que hacer una parada técnica, puesto que veía que la vejiga molestaba, y no iba a llegar a meta cómodo; creo que ha sido algo menos de un minuto, que se me ha hecho eterno, viendo pasar gente que había adelantado anteriormente.

A partir de ahí, la cosa ha sido ir intentando mantener los ritmos, adelantando gente poco a poco, sin que el corazón se desmandara. Con el viento de frente a bajar la cabeza y sacrificar unos segundos, y cuando era favorable a intentar alargar la zancada.

He sufrido, he tenido dolores de piernas, los pies me molestaban, pero bueno, esto es un maratón. Aún he sacado alguna fuerza para apretar desde el 41, donde he adelantado a 5 o 6 corredores. A la plaza España he llegado con alguna lagrimilla de emoción detrás de las gafas de sol y no sé de dónde he sacado fuerzas para echar el resto en el laaaargo paseo de la Independencia.

Las sensaciones postcarrera muy placenteras. El mejor momento de la carrera, para mí, es el final subiendo por D. Jaime, cuando sabes que ya estás, y sientes la gente, y piensas todo lo sufrido en los km anteriores.

De IV Maratón de Zaragoza

Los ánimos

Conforme pasa el tiempo en esto del correr, se va conociendo más gente, y sus ánimos, verlos apoyando en el recorrido, da mucha fuerza. Sobre todo en los malos momentos, cuando cualquier palabra de ánimo, o ver una cara conocida que te ayude a desviar el pensamiento de las molestias o dolores es de un valor incalculable.

Por ello quiero agradecer a todos los que habéis estado ahí, con los gritos de ánimo, o sólo con vuestra presencia. No sólo a los amigos y conocidos, sino también a todos los desconocidos que gracias a la personalización del dorsal daban un “¡Animo Chema!”

El material y la comida

Estoy dolorido, pero no especialmente, ni tuve calambres, ni ampollas, y en parte se debe a la elección del material, que en esta ocasión fueron unas zapas Mizuno Wave Ultima, unos calcetines altos de Medilast y la camiseta del “rayito de Os Andarines”.

En tema geles, desde el primer maratón confío en el plan de Overstim. Implica salir con 8 botecitos de gel (uno cada 5 Km), pero me libera de pensar en ese tema. A la vista del avituallamiento, el gel que toca al cuerpo, trago de agua, y listo.